El mejor alojamiento que podíamos soñar en la Ribeira Sacra, Un mirador en sí mismo, cómodo, luminoso y muy agradable para pasar unos días en familia. Increíbles las vistas al cañón del Sil y las puestas de sol desde el jardín superior o desde el propio comedor mientras cenábamos. Qué bien diseñado el salón- comedor abierto a un grandísimo ventanal y a la terraza, al igual que el jardín contiguo a la casa, hecho con mucho gusto y equipado con sillones hamaca para las tardes de siesta y lectura bajo la higuera . Un auténtico placer. Las dos habitaciones han resultado muy confortables y luminosas, con un amplio baño también exterior y gran ducha efecto lluvia. Desde la casa se llega andando a la ruta del cañón del Río Mao y a pocos minutos en coche a otras rutas, monasterios y miradores. Recomendable la visita a Ronsel do Sil y disfrutar de la Praia fluvial de Rabacallos para un baño fresquito. Muchas gracias Rita y Diego por vuestra gran simpatía y amabilidad que ha hecho aún mejor nuestra estancia este maravilloso rincón de la Ribeira Sacra. Repetiremos sin duda.